martes, 8 de abril de 2008

aún estamos a tiempo

la vida no está en esas fiestas de gala
con esa gente importante
con esos vestidos brillosos, subiendo
y bajando de coches último
modelo -aunque siempre
me han gustado los convertibles
a toda velocidad, en carretera.
te decía eso, mujer, antes te hablaba
al oído y te pedía que no fueras
a esos eventos de mierda
que de nada servía perder el tiempo
ahí
hablando con gente idiota,
de cosas idiotas
sonriendo como idiota. igual de
fracasados
o más. la vida no está ahí, te decía
cada fin de semana, cuando
me dejabas borracho y te largabas
con tus amigos famosos, para salir
en los diarios
abrazada de la señorita palacio
y del humanista de lujo.
la vida no estaba ahí, mujer,
siempre te lo dije.
y ves, toda esa gente se ha ido,
te han dejado sola, aburrida,
destrozada, en tu casa.
traicionada.
ya nadie te llama, mujer,
nadie. siempre te dije, cuidado
no vayas ahí, mejor corrámonos
en un descapotado
modelo 70, en uno de esos coches
que coleccionaba tu padre,
larguémonos a toda velocidad
por las carreteras del sur
a cualquier hotel de por ahí,
a cualquier motel de
esos donde las putas
han dejado de soñar y sin embargo
ofrecen caricias como incendios.
uno de eso moteles de carretera.
vámonos por ahí, te decía, pero
nunca me escuchaste, y ves, mujer,
ahora estás en tu casa, tan sola,
escuchas el paso del tiempo
en la gotera que no piensas corregir;
en esos discos que ya no sirven de nada
y vas a clases de cocina,
a clases de francés
y vas al yoga, lo intentas y
yo te digo, mujer,
una vez más,
la vida no está ahí.

No hay comentarios: