martes, 24 de marzo de 2009

esto muchas veces parece una partida de ajedrez

esta mañana podría arrancarle la piel al mundo y
entregártela como un ramo de rosas. coger las nubes
y tejerte un par de alas gramáticas para que te largues
definitivamente de este hogar mundano y aburrido.
para que te alejes de mi pecho, sin mirar atrás.

tras la ventana, no son las ruinas de un gran patio baldío
lo que puedes ver. son todas mis palabras, estas ganas
de arder como una estrella, mi cobardía de no lograr
las cosas que hace poco resultaban fáciles: cortar las flores
muertas o colgar al sol la ropa sucia de los juegos perdidos.
están todas mis preguntas, marchitas, entre los escombros.

cada día es más claro esto de extinguirse para sobrevivir.
el viaje interior cada día vuelve a decirme ve más adentro,
no tengas miedo de no poder volver de las profundidades,
de cualquier forma nunca nadie vuelve: el sitio del trueno
donde habitan las aves del paraíso, los jardines de la luz,
la oscuridad apostada en la primera partida de ajedrez.

jueves, 19 de marzo de 2009

R.A.F.

noches atormentadas entre humo de cigarro y laberintos cuando ya nadie quiere caminar,
atravesadas por palabras desesperadas, claras palabras como un bosque bajo una tarde sin nubes
entre papeles emborronados por utopías para salvar el mundo
aquellos corazones estaban dispuestos a morir por las blancas palomas de su imaginación
demasiado absurdo luchar contra esto, decían algunos
es posible ganarle a esto, insistían otros
el mundo se parte en dos cada mañana
surgen de la grieta demonios, ángeles, monstruos y pesadillas, una gran fiesta, una brisa que atraviesa las carreteras y se interna en los barrios y en las oficinas
noches desesperadas en una celda donde el miedo es lo único que se mantiene cuerdo
entre tanto el televisor encendido para conocer las últimas noticias, los últimos enfrentamientos entre el poder de los poderosos y el poder de los soñadores
así les han llamado en las últimas películas sobre aquella época
los soñadores
lectores incorruptibles de folletines y panfletos, del manifiesto comunista y de Sartre,
viajeros del vacío sin boleto de regreso
así eran o así los imagino cuando miro documentales sobre sus atrocidades heroicas
buscaban algo más allá de los cuerpos
buscaban el jesucristo interior, la cruz interior, cambiar el mundo
no se dieron cuenta que habían caído en la misma trampa
muchos murieron por la causa, dicen los graves documentales en este siglo, muchos murieron en la búsqueda de un mundo mejor
eran valientes, gritan algunas voces en el interior de mis lecturas, en esta habitación superficial de este mundo superficial
eran valientes y guerreros y tenían ideales
aquella generación –oh, Eneas!- aquella generación de espíritus perforados por la angustia y el miedo a desaparecer en los besos de la Nada
y terriblemente hambrientos hasta el paroxismo
noches en habitaciones de clase media, con leche y huevos en el refrigerador, entre gatitos empalagosos y perros obedientes, noches enteras
planeando la batalla, describiendo, sin saber, la estrategia incalculable de todas las derrotas
eran noches deslumbrantes, para muchos
y muchas y muchos fueron capaces de volverse locos
y muchas y muchos lograron escapar de las garras de las bayonetas
y después de algún tiempo
cuando el océano de la crueldad había calmado sus aguas
cuando el cielo de la hipocresía había vuelto a iluminar los parques
muchas y muchos consiguieron un puesto en una empresa familiar o en un escritorio pagado con el dinero de los dulces perdedores
muchas y muchos tuvieron hijas e hijos y los enviaron a universidades
y les enseñaron a renegar de Marx y a orinarse en Heidegger
y respetar a los grandes intelectuales y poetas de la globalización, a ser uno de ellos
y muchos y muchas aprendieron, otra vez, a conciliar el sueño cada noche
y a darse a respetar a sus menores
noches tiradas a la basura, junto a miles de cadáveres
en un mundo lleno de cadáveres