viernes, 21 de mayo de 2010

un buen polvo

en el baño de una pulcata
pulsa la vida de un loco.
ella, mulata de tetas frondosas
y de anchas caderas
de este mundo, del nuestro.
el mundo del fuego.
pura lujuria, la muy condenada.
la perra. sudorosa,
la perra.
olorosa y sedienta,
como si hubiera cogido todo
el día y no se cansara.
y toda esta noche viéndole el culo.
toda la noche mirando sus gotas
de sudor recorrer su espalda,
sus piernas, con indiferencia
budista.
su cabello un destino.
ella es suficiente para mantenerte
a salvo, en esta pulcata
muy similar a la vida.
durante esta temporada de calor
en el Caribe.
donde todos, borrachos, la miran.
quisieran violarla, pero la fuerza
es un tesoro a estas horas
y sólo alcanza para seguir bebiendo
y, si acaso, mirarla bailar.
a ella no le importan nada más.
sólo bailar. es
caliente y está buenísima. lo sabe.
tengo la verga hinchada y los huevos
cargados de semen.
quiero quitarle la sed esta noche.

y entonces, el milagro sucede.
(lo normal. lo que tendría que suceder
siempre –como una flor x-
cuando el sol se ha largado
y las mujeres que he conocido
se la maman a otros idiotas.)
me lleva al baño para inhalar
otras rayas. y me mira a los ojos y sonríe
mostrándome sus dientes blancos y puros
como la coca. sus ojos me hacen pensar
en porquerías y en el amazonas –quizá
por el calor que hace en este baño de mierda
bajo la luna.

el ruido que hace su nariz me calienta más
y más y más conforme la escucho.
se limpia y le miro las tetas.
me mete su lengua en las encías para limpiar
todo lo que quede de la caspa del diablo.
estamos borrachos y estamos drogados
y apestamos a pulque y olvido.
y gracias a eso sus tetas brillan como dos soles
de carne.
levanto su pierna y me agacho a chuparle
la concha, sus tanga negra apesta a su concha
a leucorrea y sudor y eso me pone
más dura la verga y la coca
y el insoportable calor. mi lengua se mete
en su raja, en su vulva, se va hasta su culo,
la pongo de espaldas
puta madre qué pinche falda tan chida
qué pinches culo divino
le chupo el culo y le meto los dedos
se los muevo al ritmo del corazón de un adicto
y ella recula su culo con las manos pegadas
a la asquerosa pared -no le importa, es jefa-
y se mueve y se toca las tetas, alcanzo a mirar
desde abajo,
le aprieto el culo sudoroso le meto la lengua
en el ano y sabe tan rico carajo
que siento que la verga me va a reventar.
oh, Lucía, le digo, que culo te ha dado el diablo
voy a cogerte cómo nunca te lo han hecho
vente en mi boca, Lucía, vente en mi boca
y ella echa la cabeza hacia atrás y su espalda
se arquea como una sinfonía de Bach
en pleno siglo XXI
y sus tetas están al aire
y alguien toca la puerta
y yo sigo chupándole el culo y con miles de dedos
en su concha y otros miles en su clítoris
no sé de dónde me han salido tantos
y tocan la puerta
pero ella gime sin miedo
como una sirena en celo
y se mueve entonces sucede otra vez el milagro
espeso y platino y su orgasmo se mezcla
con el sudor de sus piernas se mueve
como si estuviera sintiendo descargas eléctricas
entonces la giro otra vez y me levanto y me saco
el monstruo de gruesos veintitantos centímetros
le digo que mire y que toque y ella cabrón pero
qué gruesa belleza me dice y abre y cierra
los ojos sus piernas como si estuviera en un delirio
un inalcanzable escalofrío y le digo al oído es tuya
esta verga lo que tú tantos has querido y lo que vas a tener
es esto lo que te va a asesinar y comienza a decirme
reviéntame el orto,
atraviésame el vientre dame duro tu verga
quiero que me llenes de semen
y vuelven a tocar a la puerta
y le hago la tanga a un lado y me dejo ir
con todas las fuerzas que tengo
como un toro lleno de cólera y celo
la empujo hasta adentro y ella grita
una y otra vez una y otra vez una y otra vez
y ella grita cada vez más y me agarra los huevos
más fuerte papito más fuerte cabrón me dice
más duro que tu verga me mate
y tocan la puerta y ella me dice abre la puerta
no pares y me aprieta los huevos y abre la puerta
no pares cabrón, dame duro reviéntame papi
y eso me pone más duro y le empujo con más fuerza
quiero tragarme tu semen y que todos me vean
y la empujo se la meto como un enfermo
le destrozo el útero, los ovarios y éstos vuelven
y otra vez los reviento y ella grita así así así
como una loca, una mulata loca y enferma
y se corre una y otra vez y otra vez y otra vez y
otra vez y vente en mi boca y entonces lo siento ya casi y
y ella me mete el dedo en el culo y me sacudo
como un toro fuiroso carajo qué pinche placer
y me salgo y ella se agacha a chuparme la verga
y yo abro la puerta
puta madre, reviento o lo pienso y lo grito mientras le arrojo
litros y litros de semene en toda su cara que merece
un dulce poema de amor. puta madre, repito,
y siento una sombra perpleja en la puerta
y ella sonríe con sus dientes de coca y llenos de semen
toda sudada toda corrida toda cogida.
qué buen polvo, mi amor.