es posible que nada de esto que te digo sea
cierto,
y tienes toda la razón,
pero dime tú si en verdad eso tiene importancia,
si sabes que de lo único que se trata es de encuerarnos,
o algo así dijo el Sabines,
bajo cielos estrellados y titilantes de
melodiosa
melosidad, si de lo que se trata es de
entregarnos,
arrancarnos la ropa y copular en fuego
o nieve, tatuarnos en la fugacidad del tiempo
desgajarnos, deshacernos,
no se trata de conocer el sentido etéreo
eterno entero del alma acalambrada en la
almarada
nuestra razón de ser,
si es que somos más que música y platos rotos,
mírame o mirame, che, amiga, piba, chulada,
soy un tipo feo, escuálido, decadente y
despreciable,
horrible, pues, al fin y al cabo, trago a
trago,
raro y sin escrúpulos y valeverga y majadero,
pero y eso qué,
si de lo que se trata, condenada, es de coger toda
la noche
como animales en celo
prolongar la neta del placer y descubrir nuevas
formas
de satisfacer la hoguera de nuestros deseos
más ruines y más bajos.