martes, 27 de marzo de 2018

un silencio en blanco el humo que somos

estos libros presentes aquí
frente a mis ojos
apilados unos sobre otros
junto al sonido la música
sonatas para piano de Ludwig van Beethoven
interpreta Sviatoslav Richter
un día entre 1915 y 1997
estos papeles llenos de palabras
dibujos
rayas que dicen algo seguro dicen algo
aunque para mí sean ilegibles
estas fotografías
y un termo de agua caliente y una taza
con yerba
la ventana con su silencio transparente
por donde han visto otros
por donde puedo ver ahora yo
la calle
la gente que pasa
los árboles agitados por el viento de marzo
la presencia esta esa aquella
estas palabras presentes
estas letras sosteniendo la cosmovisión
la composición
la constelación del mundo que soy
estas ausencias

hubo un principio uno de un origen
una singularidad
desde la cual ocurrió el río
brotaron los números y el agua
el alfabeto del fuego
estábamos recostados sobre el prado
en la cima de un monte
verde y soleado
en mitad del infinito
tranquilos
y escuchábamos música
tú y yo
y la música
y entonces
empezó el sueño

sábado, 1 de julio de 2017

contra Bukowski

querido Charles
hoy he bebido tantas cervezas como he podido
y sigo de pie
borracho
espero otra cerveza más
y también he pedido un trago de mezcal
que en realidad sería el tercero
bebo y pienso en ti
desde que te conocí
desde que te leí por primera vez
no he podido sacarte de mi cabeza
qué chingados tienes
qué chingados has hecho de mí
me has dado fuerza
alimentaste mi rabia y mi desprecio
hacia esa extraña y miserable especie
a la que pertenecemos
me has dado ciertas palabras
versos
con los que pude mirar claramente este desmadre
sus infiernos y sus paraísos abandonados
querido Charles
nada de esto te sorprendería, por supuesto,
pero estoy cansado de ti
de llevarte aquí
en mi cabeza
como el nacimiento acribillado del olvido
flores de fuego entre ciudad en ruinas
tus voces frustradas
no haber logrado nada
como nadie
más allá de muy buenas borracheras
y de haberse liberado
de sí mismo
lo cual es
ya se sabe
la única forma de ser absoluta
irreconciliablemente libres

a las afueras de Weimar

no he dejado de ser un cobarde
siempre a la espera de algo ajeno a lo que soy
un poema que no es mío
una ventana que no me pertenece
unos labios que vienen de otros labios
una respiración robada
momentos de euforia
salpicados por pedazos de luz de nombres rotos
teoría de la narrativa
a las afueras de Weimar
la biblia del mundo como un supermercado
la falta de concentración
el lenguaje literario descifrado en los tropiezos de la no ficción
del árbol de la ciencia junto al concepto del frágil latido del corazón de un hombre
estamos listos para la ciencia ficción
para la guerra sin cesar de los días de niñas con el pelo raro
las iluminaciones de un diario tibetano
del camino y la derrota
de los ángeles que han muerto ahogados en los mares del Pacífico
hay poemas luminosos
hay cartas que nos sirven para inventar una pasión
hay optimismo en la escritura más terrorista
hay gramática incluso en la pérdida de sentido
en las ganas de mandar todo a la chingada y decirlo
en unas cuantas palabras
con el corazón mestizo abierto
sobre el inconveniente de haber nacido

fast and slow

no entiendo un carajo de nada
escucho una canción que hace mucho me rompía la madre
y me doy cuenta de algo: no he logrado superar
los enjambres del alba
y esa rola
pese a sus guitarras viejas sigue
rompiéndome
no hay nada
bebo cerveza
miro la pared en blanco
los libros regados por el cuarto en espera de una metáfora que logre describir su luminoso desorden hacia el fracaso
el caos contenido en sus palabras
el azar robustecido
que les ha dado forma
miro el celular
¿alguien me ha escrito?
no sé por qué espero que alguien me escriba
la ciencia y los borrachos comparten eso
la palabra expectativa

estoy aquí
de regreso
he vuelto a la carga
con un chingo de coraje
con un chingo de tristeza
con un chingo de desesperación
y rabia
y fuego acumulado
quiero gritar
que la tarde nublada de este sábado se desplome
quiero ver las estrellas idiotizantes de los enamorados
                       ella ya no está conmigo
ella leyó mis poemas
ella ya no podrá leer nunca más mis poemas
ella me dijo un día      me gustan tus poemas
y ahora ella nunca más podrá decirme otra vez si le ha gusta lo que he escrito
mi silencio
no sé si valió la pena
pero sé que ocurrió
sé que hubo amor como sé que hay quien arriesga su vida para huir de la masacre  
la muerte entre sus cabellos húmedos
su cuerpo desnudo en la noche de la ciudad de México
su amor de jueves y calor y parque después de la lluvia
sus palabras lentas y la luz de los faroles de la calle
fue suficiente
hablaba del amor y de la poesía como se habla de un ataque terrorista
que no se comprende
ella ya no está y yo
yo he vuelto ahora
cargado de esto que no he dejado
que no me puede dejar

ya son varios los días de lluvia
y es así como uno se da cuenta que la poesía
siempre ha estado aquí
y no entiendo nada y miro las palabras         fast and slow
sobre la blanca quietud de un silencio enmarcado
en unos pocos centímetros cuadrados
nada especial para un pingüino que mira hacia la izquierda
nada especial para un sujeto que no confía en el destino ni en el azar
el camino posible entre dos estaciones olvidadas
y el dolor que existe
el dolor existe
aunque sea absurdo
existe
y bebo cerveza
porque no sé de qué otra forma puedo yo
dejar de darme cuenta de que me he quedado solo
esta vieja tarde
en casa

viernes, 5 de mayo de 2017

el poema que no es mío

fuimos el pulso de lo que ya no somos
somos la trampa en la que caímos
la caída de la que hemos intentado
levantarnos
el grito y la pereza
el abrazo y
el rechazo
las mentadas de madre entre corpiños
de piedra
los tiempos en los que tus ojos
no dejan de mirarme

dónde están los cuerpos
que nos precedieron
los que nos anticiparon
el poema que no era mío
el tuyo que no era suyo
pero era de ella
sus caderas
de horizonte
in
alcanzable
o de cierta idea que tuve algún día
sobre la perfección de

es
lo
de
menos

piensa en el lugar
que me ha visto
nacer
si es que algún lugar me ha visto nacer

soy el calor
y soy
la lumbre de esa selva y esa vela
que se acaba
junto a la ceniza
para siempre

pero soy
o
somos
el pulso
el eterno pulso
del poema

inconcluso

sin ti sin mí

estamos tan cerca del abismo
como un pájaro del vuelo
tan cerca de la puerta para llegar
y pedir una cerveza
para escapar del fuego
como un cocodrilo al nivel del agua
las nubes pintan la tarde de palabras viejas
y busco un cigarro
aquel que fumé tantas veces
a solas
solo
sin ti
sin mí
sin el ruido ni el silencio
una música en la primer luz del día
un poco de nostalgia entre los trastes sucios
un cartón de cervezas en el balcón de la noche
estamos tan cerca del abismo
como la abismo está cerca de eso que
no tiene palabras

viernes, 6 de enero de 2017

conjeturas bajo cero grados

me construyo en esta noche
invierno
bajo otros pasos
mi manera de andar
salir
con pasos propios un camino
entre palabras materia
la ciudad se ha cubierto de nieve
¿has escuchado cómo graznan
los gansos salvajes? ¿has visto
cómo corren los zorros?
ciudad envuelta en un silencio blanco
como si el secreto de su origen
hubiera sido dado por los pájaros
quedarse en este lugar
me construyo en tu mirada
en tu voz