lunes, 16 de mayo de 2011

siempre despertamos en un lugar desconocido

has llegado a tu casa sana y salva.
has regado tus plantas.
lo que sucede en tu ciudad es
lo mismo que sucede en mi ciudad.
allá seguramente hay hombres desesperados
histéricos
infelices,
capaces de no dejar ni una sonrisa en este mundo.
pero eso no importa.
tú has sacado las cosas de tus maletas.
has guardado tu ropa y tus maletas.
has visitado a tus padres y has repartido los regalos
que compraste en esta tierra.
luego has vuelto a casa y, finalmente,
te has quedado un momento a solas.
te sientes extraña, como siempre que realizas
un largo viaje.
me escribes para decirme que quizá sea cierto
y todos somos unos perros y la vida es pinche,
pero a pesar de todo hay que disfrutar
la arena entre los pies
el beso entre el cielo y la tierra
el tequila cayendo por el gollete.
siempre despertamos en un lugar desconocido,
me dices. pero lo único claro, mujer,
es que el olor de tu sexo ha desaparecido de mis manos,
para siempre.
la imagen de tu cuerpo se desvanece
sin música de fondo.

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