hay cosas por las que no vale la pena
injuriar ni
encabronarse
como que
hayan jodido la computadora
donde
escribes
y se hayan
perdido todos los textos
en los que
trabajabas.
antes o
después, finalmente,
las
computadoras o las máquinas
que hayas
utilizado para trabajar
y
mantenerte a salvo
se habrán
jodido definitivamente
y
para
siempre.
así también
cualquier cosa que
hayas
escrito antes o después –
o en la que
hayas trabajado,
antes o
después-
se habrá
ido a la chingada
junto con
todas las bibliotecas
y todas las
cantinas
con todas
las carreteras y las calles
y las mujeres
hermosas que jamás
te hicieron
caso.
junto con
el verbo renunciar
y sus
discípulos.
junto con
el universo mismo y sus
resacas.
no vale la
pena perder el tiempo
encabronándose
por esta y
otras pendejadas,
como la
destrucción a la que está desti-
nada
todo tipo
de existencia humana.
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