viernes, 20 de septiembre de 2013

rueda de la fortuna

bebo café en la feria de este viernes
donde hay una fila
larguísima para subir
a la rueda de la fortuna y pienso
en las noches
y noches
y noches hiladas unas
a otras
como una sola noche
infinita
sumergida en una borrachera
interminable
y en cacerías de mujeres
y brujas
y locas y adictas
despiadadas suicidas
y culpables
y música para encender la chimenea
de la desesperanza
en mitad de las islas de la percepción
y miro a la gente pasar
ríos de células
con códigos genéticos
casi idénticos
y tan abismalmente distintos
como un cabello
de otro cabello
gente pueblo populacho
fresada nacada
las bandas las pandillas
los solitarios
las familias de a varo
gente y gente
que no se pregunta
cómo ha sido posible
haber logrado esto
después de tantos miles de años
de destrucción y delirio
y florecimientos
haber logrado llegar hasta ese
instante tan
insignificante
y sin embargo
determinante
como todos los que nos precedieron

bebo café y doy una calada
a mi cigarro
y la gente no deja
ni dejará de ir
y venir
por un buen rato
mientras la rueda de la fortuna
sigue girando
y girando
en el universo

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