jueves, 30 de diciembre de 2010

no desperdicies tu vida

no puedes detener el tiempo.
y no es que sea dramático
ni efusivo.
ni mucho menos estupendo.

estoy agotado y trato de ser claro,
nada más.
desborrar la locución de lo que acaba.
verlo.
olerlo.
palparlo.

desnudar el borde
de ver
cómo se despeña otro año
o la idea encuerada del minutero
que se va por
el caño invisible del tiempo,
a pesar de la oscuridad
y el resplandor.

aunque te aferres y lo intentes
y dediques tu vida de lleno a eso:
no puedes detener el tiempo.

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