martes, 14 de junio de 2011

visita al médico

puedo arrancarme los electrosensores
y dejar de tomar las pastillas
que me han recetado.
puedo escoger entre no volver
a visitar al doctor
y olvidar todo el problema que me hizo terminar
en el hospital
con una TPSV de 240 por minuto.
ignorarlo todo.

tirar un volado:
salvarte
o
joderte:
a eso se resume tu existencia.

-no estás premortem –me dice
la especialista,
después de auscultarme,
y miro sus labios
y pienso en
su ropa interior.

me he comportado como un
mariketas.
me sudan las manos
y el corazón me late
más rápido de lo normal.
estoy enfermo.

-¿estoy jodido? –le pregunto.
y ella sonríe
y trata de animarme.
me dice que todo tiene solución.
pero lo que me pasa es
definitivamente
porque algo está jodido.

-¿fumas?
-sí
-¿alcohol?
-sí
-¿drogas?
-sí
-¿ejercicio?
-sí

es el típico cuestionario
y las típicas respuestas
de un ordinario.

la especialistas tiene
tres meses de vivir
en esta ciudad
y no bebe ni fuma
ni se droga.

-salí de México para tener
una vida tranquila,
y lo estoy consiguiendo –dice.

-¿qué pasa si dejo todo y simplemente
lo olvido? –le pregunto,
mientras pienso que nuestra relación
jamás pasará de paciente y médico.

-las posibilidades son infinitas:
puede dispararse todo y tronar
o igual no pasa nada –me dice.

me dan ganas de levantarme de ahí
y dejarlo todo
y seguir con mi forma de vida.
olvidarlo todo.
total, me digo, voy directo
a la ceniza.
tarde o temprano

pero no hago nada
y sólo me quedo
mirándola
mientras escribe en la receta
las indicaciones que debo seguir.

¿cuándo fue la última vez que cogiste
duro y lujuriosamente fuerte?,
imagino que le pregunto
pero sólo veo
sus tacones bajo el escritorio.

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