martes, 14 de febrero de 2012

neblina en la playa


nunca había visto neblina en esta playa.
a punto de rasguñar las ventanas
decapitadas de mi cuarto.
cerrada, densa, espesa neblina
sobre esta playa.
cubriéndolo todo. alfombra de nubes cansadas,
emanadas del misterio.
ausencia de seres imposibles, deformes,
suspendidos en un grito transitorio.
salí a la calle, temprano, y estaba ahí,
la neblina, asentada.
asechando como una bestia herida
se arrastraba desde el mar, 
entre la selva, dispuesta a vengarse 
de la ciudad y devorarla 
de un bocado. de su cuerpo insostenible
parecía que podrías emerger, tú,
como en una obra de teatro 
sin argumentos,
con tu cabello largo, cayendo por tu espalda, 
un delirio romántico del sueño.
pero a través de su cuerpo sólo aparecían
por instantes, las fantasmales luces 
de los autos, el murmullo de las llantas
y el bullicio casi imperceptible del mundo
al amanecer.

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