martes, 14 de febrero de 2012

siempre supe que sería así

hoy me enteré que finalmente te casaste 
a fines del año pasado.
encontré tus fotografías en facebook –
yo no tengo facebook y no sé que azar
inescrutable
me llevó a la página donde apareces
dándole la espalda a la cámara
caminando sobre miles de pétalos
de flores distintas,
rumbo al altar, donde te esperaba un tipo
con un ramo de flores como a ti te gustan-.
estuve más de una hora mirando esas fotos.
analizándolas. tratando de entender el qué
el cómo el cuándo.
si acaso fuimos en verdad algunas vez
un par de amorosos y fugitivos de las normas
jóvenes infinitamente lujuriosos
al final de sí mismos
jugándose el pellejo por permanecer
todo el tiempo posible, haciendo y deshaciendo
el amor, en un hotel de paso.
las fotos de tu boda no carecían de cierto toque
artístico, como a ti siempre te gustó.
así retrataron un par de zapatos de medio tacón
verdes, con unos grandes diamantes al centro.
el menú que sirvieron esa tarde, en una gran finca
de San Miguel, al atardecer,
frente a las torres góticas de la catedral.
con fuegos pirotécnicos. te veías tan sonriente,
tan feliz, abrazándolo a él,
con tu hermana y tu madre y tu padre y tus amigos.
una boda con un toque muy inglés.
como siempre lo soñaste sin decirlo.
bailando toda la noche. había fotografías
de varios momentos,
como cuando partían el gran pastel y los dos
tú y él tomando el cuchillo al mismo tiempo.
qué simbolismo esconde todo eso, no lo sé.
miré tus fotos varias veces.
te miré a ti en esas fotos, varias veces,
tratando de descubrir algo, 
de entender algo,
como el equilibrio entre los días nublados
y los amaneceres con soles esplendorosos,
quizá tu oscuridad finalmente conquistada 
o la soledad de nuestros corazones 
olvidada, alguna noche, 
después de coger. 
te veías hermosa con ese vestido blanco
y tu sonrisa resplandecía
como en esas tardes que pasábamos desnudos 
en la cama, sin nada que hacer.
a pesar de todo, siempre seremos cómplices 
de los hechos que han marcado 
los caminos de la vida. nuestras vidas alejadas 
definitiva, naturalmente. 
sin preguntas y sin remordimientos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Otro bueno, bribón. Sólo le recomendaría que volviera a ver aquella película de Jim Sheridan que se llama "In America" (Tierra de sueños en castellano). Seguramente, ahora que está tan viejo y tan joven, le dará muchas pistas de cuál debe ser su camino...