...y con su bonita nuca, lo único inalterado.
Javier Marías
fui testigo de cómo el tiempo
acumuló su furia entre tus ojos
y el polvo
ese amigo incansable de los muertos
fragmentó sin parar tus despedidas
resquicios anaqueles tus libreros
también fueron perdiendo su figura
y no hubo nada, nada que tú y yo
o que tú o yo pudiéramos hacer
con tanto inevitable devenir
entre nosotros
los días de la semana
inviernos primaveras
cualquier pinche estación del año
habrían tenido un peso muy distinto
entre nuestros encuentros ordinarios
la vida sólo es una y
sus posibilidades, sus hubieras,
las palabras que nunca nos dijimos
siempre estarán ahí, pero tan sólo
como aves que orbitan a su lado
aves que vuelan muertas
fui testigo de cómo tu belleza
fue perdiendo su infancia y su futuro
y al paso de los años
me pregunté por qué nunca lo hice
un gesto, una palabra
habría alterado nuestros mundos
¿te habría hecho otra,
me habría hecho otro?
qué importa eso ahora
he visto cómo el tiempo ha opacado
el brillo en tus ventanas
y tus ojos
ya no eres tan hermosa
qué importa eso ahora
igual te amé en silencio tantas veces
tantos años
cuando iba a comprar
a tu papelería
sólo para volverte a ver
impenitente
he visto cómo el tiempo
y tú también lo has visto
ninguna diferencia en todo esto
la insoportable historia repetida
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