lunes, 2 de abril de 2012

los escondites se desnudan para nosotros


aún no ha empezado el juego y ya siento qué pieza vas a mover.
lo he visto en tus ojos, esta tarde,
lo he sentido en tus palabras, cuando me llamaste por una idiotez.
es extraño cómo se comporta uno en estos casos,
las calles vuelven a tener perspectivas estúpidamente divertidas
y lugares que habían desaparecido en algún rincón del aburrimiento.
los escondites vuelven a aparecer para nosotros, delirantes.
hay miles de casas que podríamos invadir,
paredes donde podríamos escribir nuestros nombres encerrados
en ridículas figuras de cristal o días de la semana y relojes sin cuerda.
aún no ha empezado lo rudo de la tormenta y ya buscas guarecerte
bajo los restos inservibles de mi paraguas que no sirve.
te acercas lentamente, calculas; en el fondo sabes que estás perdida.

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