lunes, 2 de abril de 2012

la única promesa que vale la pena


te has aparecido por aquí con una sonrisa de persecución
y delirio,
con unos ojos de ciudad perdida y bares con olor a whisky.
hermosa como una profecía vacía y silenciosa
en mitad del primero y el siguiente trago,
como si no te importaran las miradas ni las opiniones de
los payasos que gobernamos en el inframundo.

he mirado tu cabello y he pensado cómo podría cogerlo
mientras te aprieto contra mí,
he pensado en la estrategia
en tu olor a patria de sangre
y ambición que ya no nos asusta
a ninguno de los perros que husmeamos en la entrepierna
de tus fantasías.

aquí estoy yo, ahora, y lo sabes, me has visto y 
me has dado cuerpo
para ti
he dejado de ser fantasma, ángel o pendejo, 
por un instante,
para ti.

por dios que follaremos toda la noche y te haré venir 
en lo más oscuro de tu oscuridad.

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