viernes, 29 de junio de 2012

hechos de madera

abriste los ojos a ras del suelo.
frente a ti, una imagen
cinematográfica
lo dijo todo: no querías estar ahí.
la escena se fue tornando nítida:
cambio de foco:
y tus bragas aparecieron frágiles,
sucias y hechas jirones,
sobre aquel suelo de madera
acariciado sutilmente
por una pátina de polvo.
después de coger.
había sido una noche
interminable y desafortunada,
sentiste, como esas películas
indescifrables y aburridas
de Godard. no podías borrar
nada. aquello era
parte del tiempo y el espacio:
tu sensación de hastío,
tu lenta respiración a ras del suelo,
y el abismo
y el resplandor fulminante
del amanecer
y el sabor a escarabajo
bajo tu lengua
y la eterna fila de hormigas
avanzando tenue,
rítmicamente
por encima de tus bragas
hasta salir del cuadro
cinematográfico
dibujado por tu mirada de madera.
aquel amanecer,
cristalino y luminoso, acostada
en el suelo,
reconociste la belleza del polvo,
cuando el olvido irrumpe –
nunca más oportuno–
en el cuarto principal del infierno.

No hay comentarios: