martes, 8 de abril de 2014

alguna vez fuiste así

solías llegar de madrugada.
después de trabajar.
sin tocar la puerta, entrabas.
dejabas tus chanclas y te dirigías
a la cocina. abrías el refrigerador.
destapabas una cerveza.
volvías a la sala.
te tumbabas en el sofá y encendías
un cigarro. ya entonces
te gustaba decir que el mundo
podía ser el infierno de un cuento
de hadas. y nosotros, decías,
éramos, algunas veces, almas
torturadas; otras, los demonios.
parecías tener muy claro eso
lo que era el mundo
y reclamabas que era inútil
que me esforzara en lo que fuera.
nada vale la pena, decías,
hagas lo que hagas es inevitable
el aniquilamiento y la desaparición.
dónde estarás ahora?


No hay comentarios: