miércoles, 9 de abril de 2014

con tu cuerpo sagrado

perdí el coraje, el salvajismo de una ilusión
incauta
en tus labios volqué lo que pude ser
en tus piernas
la incendiada lágrima de los besos
nocturnos y los pájaros de fuego
el fuego y las llamas del sol de tus manos
y las mías
al compartirnos, perdí la bestialidad de las
horas muertas
la furia de lo que no se encuentra
la nostalgia de los viajes que no ocurrieron
que no fueron sino ceniza blanca entre páginas escritas
con tinta de sangre
transparente incauta blasfemía
una palabra bonita en el centro de la nostalgia
una palabra con luces y castañuelas
una palabra con mermelada negra
perdí la juventud entre tus muslos
entre tus pechos de mujer desenfrenada de
puta
en tus caderas comerciales
perdí la juventud en tu concha nácar en tu concha de oro
en el poder de tus pelos púbicos
en tu sexo de pocos pesos
en tu sexo
entregado a un muchacho pobre
a un sujeto sin futuro
a un pinche chamaco lleno de fantasmas parecidos
a la pesadilla más dulce de tus perversiones
perdí la juventud entre tus manos
entre tus cabellos en tus ojos perdí la manera de ser
un poco incauta entre tus pasos
en tus persecuciones en la manera que tenías de cantar
esa canción que tanto nos gustaba
perdí la manera de reflejarnos la manera de amarnos
la manera de perseguirnos de perseguir una ola
perdí todo entre tus sábanas invisibles
deja que lo diga en el cielo nocturno de tu cama
perdí todo
y soy feliz por ello

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