martes, 8 de julio de 2014

muerdo tu cuello

cuántos hombres no te han visto esta tarde
y han querido tocarte, levantarte
la falda y sentir tu tanga mojada
no importa si la lluvia resplandece
lenta y suave en la breve inmensidad
de tu deseo. cuántas veces en esta tarde
no has querido unas manos, no importa cuáles,
manos desconocidas o con alguna historia
trazada en los caminos de tu vida,
encima de tus pechos, al fondo de tus piernas.
te digo esto mientras empiezo a tocarte
y disfruto el olor de tu deseo.
el hecho de pensarte en otros brazos,
mientras pasa la lluvia, me la para,
cuántos no se masturban pensando en tu culo
en tenerlo inclinado como ahora lo tengo
en tus labios mojados y tus ojos cerrados
yo también lo he soñado.
tu desnuda presencia sobrecarga el relámpago.

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