jueves, 18 de octubre de 2007

Gracias por venir

Estás en mi cuarto.
De alguna forma
has llegado aquí.
No tengo trabajo,
ni dinero, ni ilusiones.
No tengo flores que darte
ni recuerdos de Venecia
o Londres que
callen a los perros.
No tengo casa, ni coche.
Me queda, eso sí,
una botella de vino
un colchón de maravilla
y hambre, mucha hambre.
Algunas veces,
me gusta visitar
los parques de
la infancia, pero
el paraíso y el infierno
son cuentos que ahora
me dan asco.
También tengo papel
y tinta, el diario de
un viaje, y un par
de condones
para antes de dormir.
Sé, sin embargo, que
nada de esto es mío.
Acaso sólo soy dueño
de mi muerte, pero
no tengo nada más,
ni me interesa ser
el hombre más
feliz del mundo
o un dulce perdedor.
Me basta
con que tú estés aquí,
mojada y pensativa.

No hay comentarios: