martes, 30 de octubre de 2007

Las palabras más importantes de un libro

Te agradezco los libros, las hojas impresas
en las máquinas de tu oficina,
creo que nunca tuviste un problema por eso,
pero te lo agradezco; fueron muchas y
de muchos y cuidaste la impresión sobremanera:
así pude leer Song of myself y Paradise Lost
en esas tardes que renuncié a la universidad
por quedarme en casa bebiendo y leyendo
e intentando escribir algo de eso que han llamado
la gran pelea, hasta que regresabas del trabajo
y yo seguía escribiendo y luego salíamos
a un bar. Tú invitabas siempre y yo quería
hacerte el amor siempre. Te agradezco,
insisto, los libros y esa edición especial
del diccionario de la Real Academia
Española, aunque siempre estuve
en contra de la academia y de las reglas
del juego y por eso mentaba madres de todo
y me atrevía mejor a robar esos libros
que no podía conseguir de otra manera
y por eso también reconozco tu valor
cuando en las grandes librerías o en las
ferias distraías a los guardias con tu belleza
mientras yo robaba esos autores que, a pesar
de no ser los mejores, son publicados
en las grandes ligas de esta mierda.
Gran parte de la biblioteca que tengo,
te la debo a ti, lo sé. Alguna tarde,
recuerdo ahora que hojeo algunos poemas
de Derek Walcott, te pedí que
firmaras todos los libros que me diste,
pero también los otros -con una sonrisa
que me hizo soñar con viajes posibles
al final del mundo, aceptaste.
Hay cosas que se dicen y, al paso de los años
(siempre quise escribir esta frase), se vuelven
una fría y ácida condena en las heridas.
Fue grande nuestro amor, muy grande,
y he aprendido a soportar el dolor
que causan los amorosos vivos que desaparecen.
Siempre estarás, irreversiblemente,
en la lectura de los libros a los que regreso,
por vacuidad o por afán de desdicha,
así como siempre tú habrás sido más valiente.
En los años por venir, tu recuerdo se borrará
de mis días. Sólo quedarán tus palabras
escritas en las primeras páginas de mis libros;
y sé que me dirán más cosas de la vida que
las grandes obras a las que siempre precederán.
No me arrepiento.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bribón,

No me arrepiento de siempre regresar a tu lectura.

Needles & Pins, como parafrasearon los Ramones... gracias, por haberlo hecho, de otra manera.

Enhorabuena. Muy buen poema, a pesar del último verso.

arturo valdez castro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
arturo valdez castro dijo...

Bribón, es bueno no arrepentirse de lo que uno hace, porque de nada sirve. Pero gracias por pasar por aquí y dejar unas líneas, siempre sensatas. Se agradece.
Por cierto, el último verso lo corté. Tenías razón, era demasiado débil.
Un abrazo, carnalísimo bribón, y salut!
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