el atardecer por la ventana, junto al edificio
habitado por un silencio de cemento fresco
y la selva levantada de su historia
de sus cientos de años de frescura verde
los nidos de las ratas proliferan
los nidos de los besos
las canciones de los Fabulosos Cádilacs
y una sensación de hastío que eriza la piel
a esta hora, en este estado de locura llamado
resistencia, cuya única certeza es la incertidumbre
y el día que nace y se debete y muere entre dos
noches, entre dos abismos. entre tus piernas.
martes, 18 de marzo de 2014
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