domingo, 1 de febrero de 2015

lo realmente esencial

rodeado de libros que no sirven de nada
me distraen de lo realmente esencial
aunque ignoro qué es lo realmente esencial
como un vagabundo que camina en la ciudad
divago por sus páginas
como un alpinistas trato de alcanzar sus cimas
mis libros mis amigos mis refugios
de vez en cuando me escupen a la cara
me mandan a la lona y me levanto
o me acarician y me dicen algo de mí
o de ti o de los dos o de ninguno
pero algo que, extrañamente, me hace suspirar
como si hubiera comprendido algo
mi abuelita Talla, guerrera analfabeta,
la flor más sabia de los altos de Jalisco
un buen día mi madre le propuso enseñarle a leer
con sus más de setena años ella se negó
su respuesta fue contundente: "pa'qué m'hija,
los libros sólo sirven para dos cosas:
salvarte o destruirte".
frente a esta ventana miro cómo cae la nieve.

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