martes, 16 de febrero de 2016

cuántas veces me he puesto

me he puesto hasta el culo tantas veces
sin respetar a nadie, sin importarme nada.
he mentado la madre a quien se me pone enfrente,
he arrojado cervezas en las mesas,
he vomitado baños, alfombras, vanidades.
he orinado colchones anfitriones.
le he tirado los perros a las chavas
de conocidos y desconocidos.
me he quitado la ropa y hasta intenté saltar
de la azotea de un edificio de diez pisos.
he manejado no pedo, sino pedísimo.
me he quedado dormido en la banqueta,
me han arrestado, me he roto la madre,
he llorado, cantado, reído hasta el cansancio.
tantas cosas borracho.
un chingo de alegrías, un chingo de dolores.
y nada de esto tiene la mínima importancia.
porque sencillamente no la tiene.
es una pendejada en la vida de un pendejo.
un estúpido caso de alcoholismo.
tan parecido a otros, tan distinto, tan fatuo.
he sido tan ridículo y tan irresponsable.
pero de nada sirve arrepentirse.
la gente, los lectores, tiene mejores cosas
en qué perder su tiempo tan valioso.
pueden sentirse menos miserables.

No hay comentarios: