viernes, 26 de abril de 2013

de lo más popular

cuando te subí la falda dijiste: esa es la 
nota perfecta para dejarse ir sin temor
de lo que pueda ocurrir, sin poner 
resistencia a los deseos de la sangre. 
era la segunda parte de uno de los 
conciertos (en D major 0p. 35, lo supe 
después) para violín de Tchaikovsky. era 
una mañana fría de primavera. desde la ventana, 
la ciudad había sido cubierta por la niebla.

No hay comentarios: