martes, 11 de febrero de 2014

piedras que arrojamos a los ríos

el año más chingón de mi vida
has sido tú. igual la noche
donde el sentido de la eternidad
tuvo decoro en el lapso
de hora y poco más
el camino hacia el destino necesario
ese que se ilumina con manos
huicholas estuvo en tus ojos fumados
y en tus gestos y tus palabras
eran ciertas como las piedras que
arrojamos a los ríos
cuando viajamos de aventón
en el sur. podría verte ahora mismo
y darte un beso de mil años
y oler tus bragas
y distinguir el bosque o la selva
la lluvia o la tormenta
y precisar en las calles del azar
el viento y las hojas
donde has desgajado las estaciones

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