miércoles, 14 de mayo de 2014

algunas tardes

recuerdo tus ojos mirándome
acostados en la cama
después de coger
los cuerpos todavía enredados
los restos del sudor todavía
escurriendo por tu cuello
y tus pechos
el olor a whisky y a tabaco
nuestras respiraciones
volviendo con lentitud a la calma
tus ojos de selva
recién mojada y la tarde
dando paso al corazón de la noche
me veías tan así, tan desnuda
tan tú con tanta dulzura
que parecía que pasara lo que
pasara nada podía salir mal

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