lunes, 12 de mayo de 2014

descalzos

este día lo recordaré siempre
los primeros pasos, solo,
de tu vida, los primeros pasos
de tantos que darás para recorrer
el mundo, los jardines, las playas,
los caminos. he visto cómo
lo has hecho, he visto la ferviente
alegría de tu rostro, esa con la que
el cielo de esta tarde buscó
maquillarse. el cielo era hermoso.
y algunas gaviotas volaban
en los alrededores.
has dado tus primeros pasos
hacia el sol, hacia la luna,
y estabas tan feliz, querido hijo,
tan feliz que no hice otra cosa
que agradecer a los dioses
y a mis demonios
por haberme permitido vivirlo
en primera fila. no sé qué
es la vida, pero al verte hoy
andar por primera vez,
descalzo, supe que eso era
gran parte de la respuesta.
ahora anochece. hay un montón
de nubes en el cielo.
se mueven lentas hacia el este.
resplandece la luna casi llena
y la botella de cerveza
con la que brindé esta tarde
por ti, está casi sin abismo.
la vida es la burbuja de jabón
que te hace reír.
aunque siempre queda mucho
por decir, o quizá no,
mis emociones se confunden
y se enredan en las ramas
de lo árboles donde jugarás.
te escribo esto porque quiero
dejar constancia de algo sencillo:
aunque el destino final sea la muerte,
en cada uno de tus pasos,
hijo mío, yo estaré junto a ti.

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