acostados en el césped del parque
tomamos un poco de sol en este
mediodía de invierno. el silencio
es de algún modo un desempolvado
pentagrama donde van escribiéndose
suavemente las notas de una música
sencilla y diáfana: las hojas de los
árboles agitadas por el viento,
el lento movimiento de las sombras,
el lejano silbido del afilador
entre las calles tranquilas del barrio.
sonidos que me hacen sentir en casa.
sábado, 2 de febrero de 2013
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