martes, 23 de septiembre de 2014

compraremos un árbol de navidad

las cosas de la casa están cada vez más viejas
ya no sirve la radio que te regalé
y los libros han dejado de interesarte

en la ciudad el polvo sigue en el mismo sitio
y el otoño recorre las calles con paso lento, seco, frío.
el último cine de la ciudad se incendia
y una parvada de pájaros se precipita en la luz de tus ojos.
estamos solos, me dices, y me abrazas

hace frío, como si la soledad fuera lo único que existe
como si el mundo no se moviera
como si se hubiera descompuesto la calefacción
de las palabras, el sol de los abrazos
la compañía.

a veces recuerdo las tardes de mi vida como una vida
que no fue mía,
como algo que alguien me ha platicado
y de lo cual no tengo el menor rastro, la más mínima certeza.

nos hundimos en la música de nuestro silencio
nos vamos muriendo como los atardeceres
y la ciudad es un infierno

conducimos por una avenida sin testigos
los turistas se orinan en las iglesias 
los ángeles son piedras y otra forma de la locura

quisiera abrazarte para siempre
quisiera que no te fueras nunca
quisiera follarte ahora mismo

no puedo arrancarme el rostro ni dejar de enseñar
los animales del odio que lo marcan
soy la máscara de la infelicidad
pero no me hagas caso

compraremos una casa rodante y daremos la vuelta al mundo
te bañaré en invierno con esponja y agua caliente
y mañana te llevaré el desayuno
con una flor

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