miércoles, 24 de septiembre de 2014

un mirlo con hambre

sucede así, de pronto, sin saber cómo,
sin saber por qué. ocurre.
como ocurren los ríos entre los árboles.
un borracho por una calle desierta.
sucede así de pronto como un pájaro,
pongamos un mirlo,
que levanta el vuelo y se pierde en la luz
de la tarde, en el ruido del tráfico,
en el olor a baldío quemado de la ciudad.
un mirlo que había estado en la orilla
de una barda de azotea en una colonia
con nombre color de sangre traicionada,
un mirlo que miraba el paso de la gente,
los bichos. un mirlo con hambre.
ocurre así de pronto. se levanta el vuelo.
y entonces una historia inicia su recorrido
en el metro o en la calle.
en un salón de clases o en la oficina.
las primeras líneas de un camino
cuyo destino, a los ojos de las ilusiones
platónicas, terminará en el más rotundo
y milagroso fracaso.

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