martes, 15 de enero de 2008

escribir es cosa fácil

hoy es martes y las morras de esta playa, a esta hora
en que las discusiones de un periódico mediocre oscilan
entre un encabezado u otro, “es con ‘s’”, dice el editor,
“es sin ‘s’”, dice el corrector como una pelea de ratas
donde sólo Wittgenstein podría ser réferi para reiterar
la suicida manera en la que nos ha tomado el lenguaje
y nadie da el golpe exacto, nadie noquea
y mañana estarán leyendo esta mierda
esos ciegos practicantes de la historia,
sin llegar a nada, sin haberse jugado nada

todo revela un dulce anacronismo en la música
que escucha una de las chicas del periódico,
mientras diseña páginas y exprime su belleza en esas páginas
y pierde el tiempo y su belleza frente a esas páginas
que son la mejor ralea de las mentiras desechables,
de la leche cortada, de la rutina diaria de engañarnos.
a nadie le importa, nadie hace nada para evitar
la burla, la vomitada. discuten por la estructura,
por la sintaxis, carajo, y se olvidan que escribir
es cosa fácil.

pero las morras de esta playa, en esos hoteles de lujo
donde todo se maneja por sensaciones eléctricas
y la soledad parece una estafa dispuesta a abrir las piernas
las fresas muchachas con sus jugosas bocas de fresa
y su acento luminoso, en un departamento de lujo
se sirven un trago para ir preparando el encuentro,
alistan el maquillaje y las ganas de vivir y se perfuman y
sueñan o no sueñan pero sienten que esta noche hallarán
la perla negra incendiada o el diamante brilloso de
la oscuridad: una respuesta a la sensación de vacío
que ha sacudido sus vidas cuando preguntan por algo
y nadie contesta en la habitación.

las mujeres se alistan, este martes -los cazadores
de culos afilan miradas y gestos y manos
y sus palabras repetidas y tontas afilan-, y
beben y fuman y algunas -muchas- se colocan
una raya y todo parece comenzar a brillar en una danza
perfecta en el fondo del salón principal del infierno.
este martes el hongo sagrado del cielo dispondrá
su sangre y habrá alcohol gratis para todas ellas
en los mejores bares de la ciudad.
y todas ellas estarán calientes y todas ellas
estarán dispuestas a perder el maquillaje
la ropa, pero sólo algunas esa ilusión sembrada
en las esplendorosas tardes de su infancia.
vaya mujeres, vaya incorruptible belleza.
puta ilusión.

bebo una cerveza y las miro pasar. es media noche
y ellas son casi más perfectas que los fragmentos
poéticos de safo o que la muerte de una flor
en la soledad del asesino. Para ellas la escritura
también es cosa fácil, lo saben y acuden al placer,
a los crudos orgasmos que les faltan.

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