martes, 30 de julio de 2013

la tina de casa de tus padres

puse el disco de lo mejor de Van Morrison
antes de meterme a la tina
la lluvia me había tomado por sorpresa
y llegué empapado a casa
de tus padres
fue tu madre quien propuso lo de la tina
date una baño caliente, me dijo
y mientras se llenaba
escuchaba el disco y miraba los retratos
y los pequeños cuadros
que tenían colgados tus padres en su baño
un baño con sauna
y bidet y toallas y pétalos de flores secas
por todas partes
olía muy bien aquello y la música de Van
Morrison sonaba muy bien
en aquel aparato fabricado en los 90
batas y toallas y una gran ventana junto a la tina
por donde podía verse la lluvia
y el jardín de tus padres cubierto de la nieve
que no dejó de caer aquella primavera
un baño muy burgués
como ciertos desayunos o ciertos atardeceres
en parques donde la vida
es perfecta solamente por los rayos del sol
así que me metí en la tina
como me dijo tu madre que hiciera
y el agua caliente, después de todo, me hizo sentir
bien y reconfortado
y pensé en los inviernos rusos y en Dostoievski
y en la fortuna de tener una tina
con agua caliente para pensar en los inviernos
europeos, mientras Van Morrison
cantaba Moondance
y el futuro era como no puede ser de otra manera
un barco completamente incierto
o un abismo infinitamente claro
como tus ojos
pero pensé en las veces que tú te habrías metido
ahí, en esa tina, cansada o alegre
traté de concentrarme en alguna secuencia
y entonces te evoqué ahí
con las velas encendidas y algún amante
bebiendo vino o cerveza y quizá -por qué no-
escuchando a Van Morrison
mientras tus pezones surgían como dos breves soles
a través de la espuma.
carajo, qué buena onda es tu madre.

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