son casi las nueve de la noche y el sol
cae y brilla en el horizonte
miro esa línea de fuego
desaparece
alguien mira también desde una ventana
una de las escenas más hermosas
los atardeceres fríos de esta ciudad
los atardeceres que han ocurrido
desde el inicio de los tiempos
escritos tantas veces
un instante en que cierta calma regresa
como pájaros de fuego que vuelven
a sus nidos
a su breve instante que dice algo
breve y duro
antes de que el vértigo de la noche
abra su hocico
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