jueves, 23 de julio de 2015

algo así duele un instante

no es tarde para que aceptes que los días
son breves chispazos en el oscuro
grito de la eternidad
breves pausas 
destellos 
partituras de una conversación
a la que no le importan los poemas

no podemos hacer más al respecto
y este día 
habitamos dos días distintos
mientras te veo fumando en el balcón
te recuerdo como una herida en la nieve
pero hermosa 
como los bosques en invierno

permanecemos quietos en los brazos
cuando eso es suficientes

como esos barcos averiados
que han terminado por olvidarse en el paisaje
estamos anclados a una necesidad
que no queremos
nos frotamos las manos
comemos en mesas diferentes

no debería ser así
pero es así
atrapados en la desesperación
de no poder ser otros
tus sueños no te alcanzan 
la incertidumbre despluma tu alegría

me desmorono como las cenizas del cigarro
que fumas en el balcón

quisiera desvestirte aunque no tengamos
nada en común
que solo fueras mi amante
y me platicaras cosas triviales de tu vida
mientras entras al baño del hotel 

nos hemos necesitado y mientras partimos el pan
recordamos que esa necesidad 
ya no es necesaria
es momento de dejarnos tranquilos como a la duda
presa en su insignificancia
el abismo está lleno de ciudades que no cruzaremos juntos 

quisiera besar tu cintura
esas manos tan hermosas que tienes
como toda tú
pero no tiene sentido prolongar más lo que ya sabemos
no nos hemos arrojado juntos del puente del delirio
no tenemos ganas suficientes
para fundar la ciudad incandescente 

prefiero seguirte soñando así
la que sólo yo sé que eres
y que encuentres el futuro a tu medida
con el dulce espejismo de una saludable vida cotidiana
custodiada por seguros
que el cuaderno de tus planes se mantenga emborronado
de fechas por cumplir y sanos presupuestos

porque los días nunca serán otra cosa
que breves destellos de luz
en esa eternidad
que alguien como tú
dejó en el corazón de mi memoria

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