en este instante sin pájaros ni murmullos
parezco un loco que lava su delirio
con la piedra en llamas
de la nada
estoy a las afueras de unos brazos
sin labios que contagien
el agua del sueño
el aliento y el naufragio
fue nuestro el futuro incierto
nuestra historia nuestra ficción
nuestras caracolas
sé que la poesía está abierta al miedo
al niño subterráneo
que la ciudad después de la carne
es infinita
que estás desnuda como un viernes
en el la cama de un hotel
alguien oye música aquí cerca
en este instante de coraje dormido
entre los árboles
la hierba se extiende por la falsa luz
de una fotografía que vuelvo a oír
el tiempo es un desdén de tu risa
y tu cuerpo llueve su desnudez
en las manos de una luz lejana
en este instante sin bares ni números
ni destino
hay que asumir la locura y el vacío
para desmoronar por fin
los manicomios
viernes, 10 de julio de 2015
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