jueves, 2 de julio de 2015

miramos este día soleado

no somos muy diferentes
los unos a los otros
despertamos
dormimos
cagamos
soñamos
no sabemos por qué

y sin saber tampoco por qué debemos
continuar
y continuamos

un café o dos y varios cigarros

el periódico o el silencio
esperar el camión
el metro
el tren se detiene en la hora indicada
la gente sube

gente que alguna vez necesitó que le dieran
la comida en la boca
que le cambiaran los pañales
la bañaran
por qué no un abrazo
gente tan parecida a sus jefes
de una u otra forma
porque
no somos muy distintos
a los jefes
una idea que no deja de ser escalofriante

cometemos los mismos errores
no aprendemos

gente parecida a ti
a mí
a nosotros
a los muertos

nos miramos con extrañeza
ojos oscuros
verdes
perdidos
el pelo rubio de aquella mujer
negro
y susurros gritos órdenes
alguien mastica con la boca abierta
un borracho bebe en el vagón
ellos y tú y ella y yo
nos miramos con indiferencia y
cierta estúpida sorpresa
con desprecio

y a veces
              sólo a veces
una misteriosa atracción
emanada de la infinita cadena de errores
nos acerca y sonreímos

nos dirigimos al precipicio
y aún así
miramos este día soleado con alegría
el mundo sigue el camino a su destrucción
y aún así
tu amiga me sonríe y quiere que cargue
a su hijo de meses
parece un muñeco de trapo

no somos muy distintos

un perro orina en la fuente
donde juegan los niños
sus madres se suben la falda
se quitan blusa sostenes
el calor es un incendio
cae el día en algún sitio de este desmadre
nombre jueves

hacia el sur un montón de parvadas
pasan como pensamientos
inconclusos
se pierden van entre las piernas
de la infinita palabra azul
donde habitan el cielo y la tormenta

somos iguales los unos a los otros
y no sabemos ni siquiera
cómo nos llamamos

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