celebro la vida y sus goces bajo este sol de agosto
cuyo calor se recuesta en la plácida desnudez
de tu ausencia. celebro la vida y te miro ahí,
todavía, como un jardín de flores de fuego,
como una ciudad incendiada por una multitud
desesperada, como un infierno sin membresías.
estás recostada sobre la cama como la solución
a esas ecuaciones de mis abismos tropicales.
celebro la vida y te celebro y nos celebro,
aunque no pocas veces duela tanto.
sábado, 31 de agosto de 2013
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