jueves, 19 de junio de 2014

a la orilla del lago

si no fuera tan estúpido
si me hubiera dado cuenta
que eras una mujer desbordada
de conceptos
no habríamos tenido esa diferencia
no habríamos tenido que enfadarnos 
por la noche ni hubiéramos quedado
para comer al día siguiente
ni hubiéramos tenido que ir
a ningún café a prolongar
ninguna discusión ni te hubieras largado
dejándome ahí, como a un imbécil,
ni hubiera tenido que levantarme
encabronado para ir en chinga
para llegar
por una calle atascada de gente
y puestos, esquivando a la gente 
y a los puestos 
a través de una tarde esplendorosa
en una bicicleta vieja recién comprada
ciego y desesperado,
y la paloma, esa inocente paloma
de pecho y lomo blanco,
no habría sido atropellada
por mi perpetua y cansada insatisfacción
y habría levantado su vuelo sin premura
hacia la tarde y esta mañana
se habría guarecido de la lluvia
y su cadáver no estaría ahí
enterrado a los pies del sauce de Vall Anlagen
y este puto poema no tendría que existir

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