jueves, 5 de junio de 2014

lluvia del amanecer

la lluvia da sus primeros pincelazos en la ventana
y la ciudad espera limpiar su rostro
mojar sus pies y sus manos
mientras desde esta habitación observo
el suceso con un trago de vino
escucho música triste y es como sentir
que alguien más entiende esto de ver caer
los puentes y proliferar las hogueras
donde van a dar todos los nombres,
esto de ir de aquí para allá arrancándose
las soledades y las certezas.
no hay nadie más en los números de esta
habitación, y el horario del mundo,
el centro del mundo con su gravedad
y sus volcanes, es el desvanecimiento
de mis soles sobre el géiser de mi soledad
que también se desvanece en luz de ecos
y embriaguez de hombres sin futuro.
la lluvia es el aullido húmedo que se deshace
entre las piedras y los edificios de mi afuera,
entre los cuerpos y las ausencias de mi perpetuo
laberinto. cambia de forma la lluvia al día
y los pensamientos llegan empapados
a la tarde. aunque vayan en parvada,
los pájaros mojan su vuelo solitario
en el destino donde fracasan las ciudades.

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