de los almanaques oxidados
de las cafeterías melancólicas.
escapar de las calles bulliciosas,
de los pronósticos del tiempo
de las avenidas enfermas
de espectaculares,
de las universidades,
de los consultorios,
de las oficinas
de los ministerios,
de los parques enrejados
y los zoológicos.
escapar de nuestra casa,
del sanatorio de nuestras ambiciones.
escapar de los besos y las caricias
estables, de las camas matrimoniales
de los viajes en familia,
de las naciones y los barrios,
de las pandillas que nos habitan.
escapar de los sueños y el infierno.
escapar de la plenitud y el vacío.
escapar de la policía, del verbo
y el sujeto. escapar de escapar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario