jueves, 24 de enero de 2013

surf III

cae la lluvia mientras estoy montado en la tabla.
el mar se pica y crece el oleaje a un ritmo
frenético. la orilla se pierde de vista.
la tormenta nos mete en su fauces de cuchillos
cristalinos y efímeros. la tarde grisácea
maquilla nuestro lento andar por el mundo a ciegas,
nuestro despertar entre baldíos y sirenas.
sin embargo, no existe la tristeza en esta hora.
sólo la furia inhóspita del viento y la lluvia,
el mar encabronado de pronto como un viejo
dispuesto a terminar con todo de una vez.
y uno espera en la tabla, completamente solo,
sin pensar en problemas profundos o sencillos.
absorto en el follaje de la tormenta como
una gota más, frágil y sin embargo en calma.

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