sábado, 18 de mayo de 2013

apuesta por el equipo azul

sentado en un bar de falsa
mala pinta,
más bien un bar fresa
disfrazado de bar
de mala muerte,
miro la semifinal del fútbol
mexicano
copa de clausura 2013.
una mujer buenísima
sentada junto a mí bebe
y parece impaciente.

después de un rato de miradas
y no miradas,
a través del espejo
frente a la barra,
me pregunta
-¿sos mexicano?
-sí -contesto.
-¿vivís aquí? -me pregunta.
-no -contesto.
-no parecés muy amable -me dice.
entonces trato de parecer amable.

-¿y tú de dónde eres? -le pregunto.
-de Italia -dice.
-pues hablas como argentina -le digo.
-sí, todo el mundo me dice eso,
y lo que pasa es que mi ex novio
es argentino y con él aprendí español -
me explica.
le doy un trago a mi cerveza
y vuelvo a ver el partido.
después de un rato, vuelve a la carga.

-¿te gusta el fútbol?
-no -le contesto.
-y por qué mirás el juego -
me pregunta.
-porque si me pongo
a hablar contigo,
cuando llegue el tipo
que esperas
me mandarás al carajo por él,
y te largarás con él,
a follar como una zorra
con él
en plena madrugada
y gritarás como una zorra
pensando en todos los tipos
que quisieron meterte la verga
esta noche
y que dejaste
con una insoportable erección
desquiciados.
así que mejor sigo
mirando el juego que
por lo demás
está rifado- le digo,
y ella se queda callada,
como una niña
a la que le han arrebatado
su paleta para
destrozarla, en sus narices,
contra el suelo;
y me mira (lo veo de reojo,
en el espejo de la barra)
cómo le doy un refrescante
trago a mi chela.

después le digo salut
y continúo viendo
el juego
sintiéndome como Buda
cuando consiguió
la profunda revelación
de algo.
nunca pensé que podría
lograr una hazaña
de ese calibre.
y me siento orgulloso
de mi templanza
y pienso
que el mundo debería ofrecernos
más oportunidades como esa:
una hermosísima mujer
que sabe dios por qué azares
de la vida
de pronto le habla a un tipo
egocéntrico y pedante
y desagradable
como yo,
para darse el lujo,
a pesar de estar jodidísimo,
de mandar a chingar a su madre
a la belleza
y hacerle ver que el mundo no la necesita.

el sujeto que ella esperaba
llega al bar
y el silencio sepulcral
es roto
por el estallido de júbilo
que provoca
el gol de mi equipo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jajajajaja