jueves, 23 de mayo de 2013

número 8

esta noche el bar está lleno.
lo atiborran fanáticos
de los equipos que disputan
la final.

pido otra caguama
y enciendo otro tabaco.
son las únicas dos cosas
que he aprendido a hacer
en mi vida, sin molestar
a nadie.

miro el juego.
el equipo azul
va a la delantera
y el amarillo
hace todo lo posible
por conseguir el empate.
pero el azul tiene
un portero
con unos reflejos
de antología.

pasan a los jugadores
de la banca azul
y miro al de la camiseta
número 8
concentrado
y masticando chicle.
después de un rato
me doy cuenta que se trata
de un viejo amigo
de la prepa
y sin necesidad de hacer
las cuentas
me doy cuenta que
su suerte está echada
y su mejor juego
seguramente ya pasó.

alguien de los fanáticos
dice algo del número 8
lo deberían meter, dice
para que logren más ventaja.
habla como un experto.
pero el juego sigue
y después de un rato
me aburro
y vuelvo a ver la calle
a beber de mi cerveza
y a fumar.

entonces pienso en
los años del bachillerato
en la época en que nos
emborrachábamos
y tratábamos de ligarnos
a las muchachitas
más atrevidas
y las emborrachábamos
y nos perdíamos
en los campos,
lejos de la ciudad.

es como si nadie
hubiera sobrevivido
o como si nos hubiéramos
convertido
en la caricatura
del futuro.

los fanáticos interrumpen
mis meditaciones
con sus aplausos
y miro el televisor
faltan cinco minutos
para que acabe el juego
y el número 8
va a entrar a la cancha.

cualquier cosa que quieras
hacer en la vida
debes tenerla muy clara
y hacerla. sencillamente.
sin justificaciones
ni pretextos
ni teorías.
arrojarte y hacer
eso que quieres hacer.
sin pensar en nada más.
y se debe tener claro
que no hay nada que perder
ni nada que ganar.

mi colega de la prepa
se prepara
y en sus ojos se ve
que a pesar de estar ya
fuera de su mejor forma
de alguna manera
lo ha conseguido.
está ahí
disputando la final
de su vida
enfrentando
al destino
y ganándole la partida
a su tragedia.

sé que ni siquiera
se acuerda
de mí,
pero yo lo veo
y recuerdo muy bien
ese rostro
que desde la prepa
tenía los ojos
en otro lugar.
y ese lugar, finalmente,
lo está pisando
y está a punto de entrar
otra vez.

pido otra cerveza
a su salud.

No hay comentarios: