tú y yo jamás dejaremos de
buscarnos.
así se acaben las rayas, el siguiente
trago, los cigarros.
el mezcal.
trago, los cigarros.
el mezcal.
así se dejen de filmar películas
de amor y odio.
así la música de Bach o Tiersen
-que tanto te gusta-
deje de conducirnos hacia lo mejor
de nuestro vecindario.
jamás dejaremos de encontrarnos.
en las playas eternas del verano
caribeño donde cogimos
incontables veces,
en los bares donde ponen buenas
rolas y nadie te molesta,
en el mate, en las calles, en el olor
a tierra mojada.
en el aroma y el sabor del mango.
los mejores momentos de
nuestra historia
se repetirán incansablemente
día tras día
y noche tras noche,
hasta el fin de todos los tiempos.
y más.
no importa si te enamoras de otro,
si fundas una familia,
si de pronto te sientes cansada
de la vida.
si no tenemos ganas de nada
esta noche.
desde la primera vez que toqué
tus piernas y te quité
la ropa. desde la primera vez
que tus ojos cruzaron mi mirada
-como balas de luz-
-como balas de luz-
y despertamos juntos,
en la mañana más calurosa y
reconfortante de mi vida.
desde entonces dejamos de ser
fosa común.
fosa común.
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