sábado, 4 de mayo de 2013

sin rodeos

tú y yo jamás dejaremos de 
buscarnos.
así se acaben las rayas, el siguiente
trago, los cigarros.
el mezcal.
así se dejen de filmar películas 
de amor y odio. 
así la música de Bach o Tiersen 
-que tanto te gusta-
deje de conducirnos hacia lo mejor 
de nuestro vecindario. 
jamás dejaremos de encontrarnos.
en las playas eternas del verano 
caribeño donde cogimos
incontables veces,
en los bares donde ponen buenas
rolas y nadie te molesta,
en el mate, en las calles, en el olor
a tierra mojada. 
en el aroma y el sabor del mango.
los mejores momentos de 
nuestra historia 
se repetirán incansablemente
día tras día 
y noche tras noche, 
hasta el fin de todos los tiempos.
y más.
no importa si te enamoras de otro,
si fundas una familia,
si de pronto te sientes cansada 
de la vida.
si no tenemos ganas de nada 
esta noche. 
desde la primera vez que toqué
tus piernas y te quité
la ropa. desde la primera vez
que tus ojos cruzaron mi mirada
-como balas de luz- 
y despertamos juntos, 
en la mañana más calurosa y 
reconfortante de mi vida.
desde entonces dejamos de ser
fosa común.

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