viernes, 3 de mayo de 2013

insustancialidad

caminé por un sendero donde la luz
hacía parecer al verde de los árboles
y los jardines vestidos de primavera,
un color mojado. la escena de espigas
y juncos y un pequeño riachuelo
donde un pato solitario y de cuello
perlado parpaba al ritmo de las sombras
del viento, donde se ocultan las preguntas
ilegales. había unos juegos infantiles
y niños jugando ahí y eso estaba bien.
atardecía. más adelante, junto a las vías
del tren, tres borrachos bebían y discutían
por el puto lugar donde comprarían
las siguientes cervezas. más allá, una mujer
fumando en su balcón y mirando sin mirar
cualquier punto en el paisaje de su silencio
o su memoria. todo estaba en su lugar,
funcionando como deberían de funcionar
todas las cosas de este mundo.

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