miércoles, 19 de junio de 2013

la pared del patio de mi vecino

afuera de esta habitación con vista a los jardines del pasado
hay calles y casas con heridas frescas 
y flores y plantas regadas por mujeres con la esperanza 
de volver a encontrar la felicidad.
y hay tienditas que se marchitan porque el río
de monedas y billetes ya sólo pasa por el supercito
de la cadena más famosa de la región. 
afuera de estas ventanas donde trato de conservar la calma 
la gente tiene miedo porque ya nadie quiere contratar 
a personas mayores de 40, 35 años y a los jóvenes
de 18 y 20 años les piden experiencia.
el terror del desempleo y la vagancia inunda las arterias 
de esta ciudad junto al Caribe.
afuera de este cuarto donde los libros son devorados 
por la humedad y la indiferencia de mi cerebro,
los ocho, 10, 20 mandatarios de los países 
más poderosos del mundo
bromean y ríen y se abrazan y se dan palmadas en la espalda
y desayunan, comen cenan cagan y charlan
de la mano, en hoteles de gran lujo,
mientras más de 870 millones de personas están desnutridas
y millones mueren de hambre.
afuera de esta habitación donde me he drogado varias veces
pasan automóviles robados
y muchachas y muchachos de fuego van camino a la fiesta
de la noche,
mientras otros miles de jóvenes soldados obedecen
las órdenes de sus superiores que a su vez obedecen
las órdenes de aquellos mandatarios que a su vez obedecen
las órdenes de los tipos más ricos de la tierra
y derrochan tinta y discursos para hacerte creer que estarás a salvo
en su forma de interpretar el mundo.
afuera de esta habitación aquellos miles de jóvenes soldados obedientes
disparan misiles metralletas tanques fusiles contra
culpables inocentes locos o lo que se mueva en la noche terrorífica
de la humanidad.
afuera de esta habitación alcoholizada con versos de dos o tres poetas
que vale la pena recordar
hay fronteras delicadamente dibujadas por muros de acero
y resguardadas por cámaras de seguridad,
y en la pared del patio del vecino proyectan a todo color
la guerra de las galaxias doblada y subtitulada
para un grupo de migrantes que mañana otra vez lo intentará.
afuera de esta habitación crecen los árboles
y las flores siguen floreciendo
y el mar sigue meciéndose en su eternidad de agua
y la gente sigue siendo la misma reproduciéndose y devorándose
y las montañas y el universo son sencillamente
las montañas y el universo donde está la habitación en la que escribo,
sin distraerme.

1 comentario:

María José Ramírez dijo...

Querido, Arturo, aquí en esta habitación tengo tu recuerdo. Y te leo y te pienso, y casi puedo verte. Un abrazo desde la capirucha, hasta ese mar que crece detrás de tu ventana.