martes, 11 de junio de 2013

operación exitosa

me han quitado la taquicardia.
me ablacionaron.
me han curado.
"has quedado como Jesucristo",
me dijo el doctor,
"todo salió excelente", dijo la enfermera,
y todo fue rápido.
localizaron bien la taquicardia
y la quemaron.
y mientras se hacía el procedimiento
en aquella sala
con miles de sofisticados aparatos
pensaba en los fracasos
y las victorias,
en que no valen la pena.
pero antes recordé el viaje a Huautla
con la chica de la oscuridad
a puerta cerrada
y la curandera Ma'Julia
cuando me sacó
de un tremendísimo viaje de hongos
sobándome el pecho
con pomada de San Pedro
y diciéndome:
"tienes que sanar tu corazón".
y ya en la sala pensaba en algunos
versos de Borges
en los paisajes cristalinos 
y sudorosos del Caribe
en los atardeceres borrosos 
y oxidados de la ciudad
en los viajes al otro lado del mundo
en los viajes
y las ciudades desconocidas,
en cómo se verá el mundo
desde el monte Everest
en los Himalaya
desde la luna
en el sistema solar, 
en el mate y los ojos 
como el mate
en las carreteras sudamericanas
en la nieve y en los cielos alemanes
en mis hijos
en los seres que he querido
y en los que he odiado.
en las mujeres y en el camino.
en mí.
y sentí una profunda tristeza
por aferrarme
no pocas veces
a tantas pendejadas
como la razón y el orgullo
y sentí pena por la vanidad
y la avaricia
-no por la lujuria-
por tratar de ser el más chingón
y entre las descargas
eléctricas
pedí perdón y perdoné
y me perdoné
y dejé que todo se fuera
como un puño de arena
que se lleva el viento
me reconcilié con la vida
y una profunda música
suave y placentera
inundó mi pecho
y todo fue muy claro
los doctores me miraron
y me dijeron
"todo ha salido muy bien,
te la quitamos, estás curado".
ellos me han curado
y después de tantos años
entendí,
Ma'Julia tenía razón.
mi corazón está sanado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que lindo poema