huelen mis manos al silencio de tu ausencia
a madera quemada
a cáscara de naranja seca
a madrugada
a grasa de automóvil descompuesto
y a neumáticos.
pero sobre todo a tu cuerpo lejano.
y las miro y pienso en las noches
que te he tocado hasta el amanecer
obsesionado
pervertido por el peso de tu cuerpo
en mis manos,
y mis dedos recorriendo tu carne
siguiendo las gotas del sudor
como un río
que llega a tu entrepierna.
miro mis manos y pienso en tu cuerpo.
y esa imagen no se borraría
ni aunque me las amputara.
vaya ridículo.
destapo una cerveza y bebo.
mañana será otra día.
miércoles, 26 de junio de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario