domingo, 23 de junio de 2013

lo que ocurre por compartir el depa con una chava hermosa

voy a confesarlo voy a hacerlo público,
no me importa:
todas las noches, mientras duermes
-o si no estás-
entro a tu habitación y hurgo en tu ropa
sucia, hasta encontrar tus bragas.
a veces son pequeños shortcitos,
otras -las más de las veces-
son húmedos y satinados poemínimos.
las guardo en mi bolsa
y salgo de tu cuarto sin hacer ruido
como ladrón experimentado.
ya en  mi cama, las contemplo
como el tesoro más grandes
jamás encontrado por hombre alguno.
las miro, les doy vuelta, siento su peso,
las sostengo frente a mí y te imagino.
las toco con ternura, me las llevo a la nariz
y las respiro profundamente,
como si quisiera que el aroma de tu sexo,
tu vida misma,
se fundiera para siempre en mi sangre.
entonces me acuesto
con tus bragas en la cara
y empiezo a soñar cosas tan buenas
que desaparece toda maldad del mundo.

No hay comentarios: